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El pedido
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Hoy es miércoles 14 de marzo del 2007, hace un mes fue el día de San Palentín. ¡Caray, como pasa el tiempo! Pronto será 14 de abril y no importará porque no se celebra nada.
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Como siempre me levanto "temprano", prendo la compu y me pongo a leer el periódico. Mi messenger se ejecuta solo, y se pone en "No disponible" (así esté "Conectado" la gente nunca me habla). De pronto, la excepción a la regla, me habla una amiga, es Gina (mi ex para los que no la conocieron, o sea el 90% de mis amigos). Hablamos. Entusiasmado le muestro mi blog. Ni lo mira. Sin embargo, me pide que le escriba algo. "¿Algo?". "Si ‘algo’", respondió. Sobre qué, le pregunté. "Escribe de mi cuando salíamos -me responde (algo entusiasmada creo)- o la última vez que salimos".
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(...) Pensé en escribir cuando salíamos, pero me he dado cuenta que Gina tiene tan poco tacto -como la vez que le dedique un poema y me odió porque según ella era erótico- que me abstuve de escribir de cuando éramos enamorados. (...)
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Y dice así. "¡Maestro en ‘do’ menor por favor!"
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Jueves 22 de febrero
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[...] Por fin llegó. La vi. Lucía tierna como siempre. Llevaba el pelo largo y suelto, peinada hacia el lado izquierdo, un polo verde (con huequitos), un pantalón negro al cuete (esos que son de un material, al parecer, muy amigable, acampanados) –¡mierda! ahora quiero verle el poto-. Le di un beso en la cabeza. La fuerza de la costumbre. Le pregunte como estaba. "Bien", respondió mostrando sus brackets.
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(...) Le prometí que la llevaría al lugar donde pasé mis años mozos, un "menú" a una cuadra de Larco con 28 de Julio. El ambiente estaba finamente decorado con botellas de agua San Luís, con un contenido turbio, en todas las mesas. "Caballero ¿para que son las botellas?" le pregunte al mozo con cara de bulldog. "Para espantar a las moscas" respondió gentilmente y procedió a decirnos lo que había para almorzar. Pedimos ensalada, "suprema" de pollo (siempre es mejor pedir pollo, es lo mas difícil de "falsificar") y "refresco" (me gusta esta la palabra, es como decir "con todas las ‘cremas’ por favor"). No sé porqué, pero ella hizo una acotación de cómo me gustaba la sopa: "de pollo, sin pollo, con verduras, no muy caliente, y con limón". Me conocía. Y yo, torpe como siempre, le ofrecí una gaseosa. "¡No me gusta la gaseosa... tu sabes eso!". Jajaja.
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Conversamos. Le pregunte, nuevamente, cómo estaba, que tal le fue en topo I, me dijo que no lo llevó. No pudo matricularse (...) La recriminé. ¿Porqué no me había pedido ayuda?, "un par de llamadas y te lo resolvía" le dije. "Crees que tienes el poder en la universidad, nooo?", me dijo inquisidoramente. "No -le dije- sólo que tu no puedes hacer lo que yo hago", le sonreí cachosamente.
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En el banco
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(...) Me pidió que la acompañe al banco -todavía no me saco la idea de querer verle el poto, ¡es porque esos pantalones lo realzan!-. Llegamos, al momento que se acercó a depositar su billete, o lo que fuere que tenía que hacer, aproveché, le vi el poto… "definitivamente estuve enamorado" pensé. La niña no tiene poto, ella me lo había dicho mil veces, pero no le hice caso. Ahora 3 meses después le creo.
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Caminando por Larco
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(...) Fuimos a Larcomar. Mientras caminábamos, no sé si ella habrá pensado lo mismo que yo: había un tema pendiente. Ella prefirió el silencio y la respuestas incoherentes cuando terminamos (respuestas de la que ahora es presa). Y yo, como hombre de ciencia, quería saber porqué todo lo bonito se acabó de un día para otro. (...) Yo quería dejar las cosas claras. (...) Quería arreglar todo, ¡eso era!, no volver, eso está claro que no pasaba por ninguno de los dos, pero si arreglar la cuestión. Pero, ¿arreglar que? Todo se arregló. Utilizando el modus operandi más conocido por todos: la indiferencia, el desinterés, el olvido... (...) No se habló nada.
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(...) Por cosas de la vida, y sin querer, nos dirigimos al lugar donde habíamos pasado nuestra época de "sireo" (como se diría en el fino lenguaje popular) y una parte de la de enamorados. ¡¿Por qué naciste huevón Gonzalo?! Le invité un helado. "¿Tiene ‘Sin Parar’? -preguntó con su cara y voz de sonsa- ¿de lúcuma?" (...) Conversamos por treinta y tantos minutos. (...)
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La despedida
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Al despedirme, le di un beso en la frente (...) Pero antes de irme, no sé porqué, tuve la necesidad de abrazarla. (...) Se lo pedí, ella respondió tímidamente, como si jamás nos hubiéramos tocado (...) Vi su rostro mientras enterraba su mirada en el piso… (...) me lo confirmó (...): está saliendo con un chico. Quise preguntárselo, pero no quería incomodarla, el abrazo bastó para borrarle la sonrisa de la cara. (...) En 4 meses puedes conocer bien a una persona. Sobre todo a ella que no sabe mentir (no sé si sea por falta de malicia o simple estupidez). Aunque desconfíe de todos (también de mi, ahora y cuando fui su enamorado) y no cuente nada, para una persona como yo es fácil notar esas sonrisas tristes, ese tono de voz mentiroso, o esa mirada desgraciada a la nada... "comunicación no verbal", el 60% de la comunicación lo es. Papá monFu la domina. Segundo ciclo. Curso: Comunicación. Profe: Carlos Tomas Barriga. Nota: 14 (PD: me robaron)
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Pensé que ella reaccionaría y me lo diría. Tengo derecho, soy su amigo. Un buen amigo. Hasta hace unos días ella quería ser "la segunda mujer en mi vida" (...) No era capaz de decirme la verdad (...) No era capaz de confiar en mí. ¡Ahí 'ta la cagada! (...) Así es nuestro mundo de hipócrita, donde las personas que más te quieren (espero que sea así) no confían en ti. Así es señores, se vio descubierta, ella lo sabía, pero no dijo nada. (...) Se perdió el momento (...) Ahora sólo queda la "amistad".
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(...) Me doy cuenta que los tiernos, amables y sinceros "niña" se convertirán en "Gina" con una gentil sonrisa. Los besos en la cabeza; mi forma de expresar cariño, respeto, admiración y confianza hacia alguien, se convertirán en convencionales saludos de "amigos".
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Y como todas las cosas, si no hay interés… ¡que mierda!
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Un beso enorme.
Mis mejores deseos.
Cuídate..
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¡Que el último apague la luz! (Ojalá quede prendida)
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[...]
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... antes de irme, volteo -tal vez la última vez que lo haga- a verla. Su figura va desapareciendo y un pensamiento dibuja una sonrisa en mi rostro, y pienso que hay cosas que quizás no cambiarán, -aspiro profundamente y exhalo, tanto que mis hombros caen hacia delante, parecido a cuando estamos tristes- y me doy cuenta que: ... sin lugar a dudas ¡el pelo corto le queda mejor! =o)
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Niña: Esta historia no tiene final. No hay buenos ni malos, puros cojudos nomás. No vivamos expectantes de lo que pasará. Tal vez no pase. No perdamos lo más valioso que tenemos uno del otro: nuestra amistad.
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Gonzalo
--> monFu y Jose. Bueno, Jose es un imbecil porque la cara que teníamos que poner era de bacan y no de ganso, a mi me salió cara de "'ta mare!" pero es el mismo motivo que la foto de arriba.
--> monFu y Jose. Bueno, Jose es un imbecil porque la cara que teníamos que poner era de bacan y no de ganso, a mi me salió cara de "'ta mare!" pero es el mismo motivo que la foto de arriba.
